En el tercer milenio antes de Cristo, los reyes mesopotámicos registraban e interpretaban sus sueños en tablillas de cera. Desde entonces, no hemos cesado en nuestro empeño por entender por qué soñamos. Y aunque todavía no tenemos respuestas definitivas, tenemos algunas teorías. He aquí siete razones por las que podríamos soñar.
1. A principios del siglo XX, Sigmund Freud propuso que, si bien todos nuestros sueños, incluidas nuestras pesadillas, son una colección de imágenes de nuestra vida cotidiana consciente, también tienen significados simbólicos que se relacionan con el cumplimiento de nuestros deseos subconscientes. Freud teorizó que todo lo que recordamos al despertar de un sueño es una representación simbólica de nuestros pensamientos, impulsos y deseos inconscientes y primitivos. Freud creía que analizando esos elementos recordados, el contenido inconsciente se revelaría a nuestra mente consciente, y los problemas psicológicos derivados de su represión podrían abordarse y resolverse.
2. Para aumentar el rendimiento en ciertas tareas mentales, dormir es bueno, pero soñar mientras se duerme es mejor. En 2010, los investigadores descubrieron que los sujetos eran mucho mejores para superar un complejo laberinto en 3D si habían dormido y soñado con el laberinto antes de su segundo intento. De hecho, lo hacían hasta diez veces mejor que los que sólo pensaban en el laberinto mientras estaban despiertos entre un intento y otro, y los que dormían la siesta pero no soñaban con el laberinto. Los investigadores teorizan que ciertos procesos de la memoria sólo pueden ocurrir cuando estamos dormidos, y nuestros sueños son una señal de que estos procesos están teniendo lugar.
3. Hay unos diez mil billones de conexiones neuronales dentro de la arquitectura de tu cerebro. Se crean con todo lo que piensas y todo lo que haces. Una teoría neurobiológica de 1983 sobre el sueño, llamada «aprendizaje inverso», sostiene que mientras duermes, y principalmente durante los ciclos de sueño REM, tu neocórtex revisa estas conexiones neuronales y se deshace de las innecesarias. Sin este proceso de desaprendizaje, que da lugar a los sueños, el cerebro podría verse invadido por conexiones inútiles, y los pensamientos parásitos podrían interrumpir el pensamiento necesario que necesitas hacer mientras estás despierto.
4. La «Teoría de la Activación Continua» propone que tus sueños son el resultado de la necesidad de tu cerebro de consolidar y crear constantemente recuerdos a largo plazo para funcionar correctamente. Así, cuando la información externa desciende por debajo de un determinado nivel, como cuando estás dormido, tu cerebro desencadena automáticamente la generación de datos de sus almacenes de memoria, que aparecen en forma de los pensamientos y sentimientos que experimentas en tus sueños. En otras palabras, tus sueños podrían ser un salvapantallas aleatorio que tu cerebro enciende para no apagarse del todo.
5. Los sueños que involucran situaciones peligrosas y amenazantes son muy comunes, y la Teoría del Ensayo del Instinto Primitivo sostiene que el contenido de un sueño es significativo para su propósito. Tanto si se trata de una noche llena de ansiedad en la que te persigue un oso por el bosque, como si luchas contra un ninja en un callejón oscuro, estos sueños te permiten practicar tus instintos de lucha o huida y mantenerlos afilados y fiables, por si los necesitas en la vida real. Pero no siempre tienen que ser desagradables; por ejemplo, soñar con tu atractiva vecina también puede hacer que practiques tu instinto reproductivo.
6. Los neurotransmisores del estrés en el cerebro son mucho menos activos durante la fase REM del sueño, incluso durante los sueños de experiencias traumáticas, lo que lleva a algunos investigadores a teorizar que uno de los propósitos de los sueños es eliminar las experiencias dolorosas para permitir la curación psicológica. Revisar los acontecimientos traumáticos en los sueños con menos estrés mental puede otorgar una perspectiva más clara y una mayor capacidad para procesarlos de forma psicológicamente saludable. Las personas con ciertos trastornos del estado de ánimo y TEPT suelen tener dificultades para dormir, lo que lleva a algunos científicos a creer que la falta de sueños puede ser un factor que contribuya a sus enfermedades.
7. Sin estar limitada por la realidad y las reglas de la lógica convencional, en tus sueños tu mente puede crear escenarios ilimitados que te ayuden a comprender los problemas y a formular soluciones que no podrías considerar mientras estás despierto. John Steinbeck lo llamó «el Comité del Sueño» y las investigaciones han demostrado la eficacia del sueño en la resolución de problemas. También es la forma en que el renombrado químico August Kekule descubrió la estructura de la molécula de benceno, y es la razón por la que a veces la mejor solución para un problema es «consultarlo con la almohada».
Y éstas son sólo algunas de las teorías más destacadas. A medida que la tecnología aumenta nuestra capacidad para entender el cerebro, es posible que algún día descubramos la razón definitiva de ellos; pero hasta que llegue ese momento, tendremos que seguir soñando.
De la lección TED-Ed ¿Por qué soñamos? – Amy Adkins. Animación de @clamanne.
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