La prostatectomía radical es la cirugía más común que se realiza cuando el cáncer se limita a la próstata. La cirugía consiste en extirpar toda la glándula junto con el tumor. Esta operación supone una estancia en el hospital de aproximadamente una semana y conlleva algunos meses de convalecencia después de la operación.
Después de la operación de próstata se dejará un catéter durante un tiempo. El catéter es un tubo fino y flexible que se pasa por la uretra hasta la vejiga, donde se mantiene gracias a un pequeño globo en la punta inflado con agua. Su función es drenar la orina hacia una bolsa de recogida, que normalmente se lleva en la pierna, para mantener la vejiga vacía. La sonda puede estar colocada sólo uno o dos días después de algunos procedimientos, mientras que en otros puede permanecer colocada durante varias semanas.
Después de la retirada de la sonda pueden pasar varias semanas hasta que la vejiga vuelva a la normalidad. Durante estas semanas, o tal vez meses, puede ser una buena idea utilizar una forma de almohadilla absorbente o dispositivo de recogida en caso de fugas. Puedes ayudar a tu recuperación volviendo poco a poco a una dieta normal y asegurándote de que bebes suficientes líquidos. Es mejor no beber demasiado té, café o alcohol, ya que pueden irritar la vejiga. A lo largo de 3 ó 4 semanas podrá volver a hacer ejercicio normal y suave. Sin embargo, debe evitar levantar objetos pesados durante este tiempo.
También debe evitarse el estreñimiento, ya que puede provocar un esfuerzo que sería malo para la zona operada. No es raro que haya restos de sangre en la orina durante una semana aproximadamente después de la operación de próstata o que la orina aparezca un poco turbia. Sin embargo, si experimenta ardor o dolor al orinar o si su orina es muy turbia o tiene un fuerte olor, es posible que tenga una infección urinaria y debe consultar a su médico. Probablemente le recetará un tratamiento con antibióticos para ayudar a eliminar la infección.