¿Qué causa los abscesos o quistes?
Los abscesos de la piel son causados por la respuesta inflamatoria a un proceso infeccioso, generalmente bacterias que entran en la piel. Esto puede ocurrir como resultado de la obstrucción de las glándulas sudoríparas o sebáceas, de un folículo piloso inflamado o de un pequeño pinchazo en la piel. La respuesta inflamatoria desencadena la formación de una cavidad para contener la infección y evitar que se desplace a otras partes del cuerpo. A continuación, el interior del absceso se licua, lo que provoca la aparición de pus e inflamación localizada. Esta combinación de presión e inflamación provoca dolor.
Los quistes en la piel suelen desarrollarse debido a una infección, a la obstrucción de las glándulas sebáceas o alrededor de un objeto extraño, como un pendiente.
¿Cómo se tratan los abscesos y los quistes?
A diferencia de muchas infecciones, los abscesos no suelen tratarse sólo con antibióticos. Con frecuencia, deben ser tratados mediante un proceso llamado «incisión y drenaje» (I&D) por un profesional médico. La mayoría de los abscesos seguirán empeorando si no se tratan, por lo que es importante acudir a un profesional médico lo antes posible.
Aunque los quistes cutáneos no causan ningún dolor a menos que se rompan o se infecten, no desaparecerán sin tratamiento. En algunos casos, pueden requerir un drenaje similar al de un absceso, pero esto no curará el quiste. Si está inflamado, puede utilizarse una inyección de cortisona para reducirlo. Si el quiste no responde al tratamiento o reaparece continuamente, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para extirparlo y evitar más problemas.
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