¿Nota que su horno desprende más calor de lo habitual? ¿Se da cuenta de que no está bien cerrado? ¿La luz del horno permanece encendida incluso cuando la puerta está cerrada? Todos estos son signos de que la puerta de su horno no está cerrando como debería. Esto no sólo conlleva la posibilidad de que se produzcan quemaduras debido al calor que se escapa, sino que también dará lugar a que los alimentos se cocinen de forma inadecuada.
Compruebe si hay residuos
En ocasiones, la puerta de su horno puede estar bloqueada físicamente por partículas de alimentos u otras obstrucciones. Compruebe alrededor de los bordes interiores de la puerta y de la cubeta del horno para ver si puede encontrar algún residuo que deba ser eliminado.
Picaporte de la puerta
Los hornos con función de autolimpieza podrán bloquear la puerta del horno. Si el pestillo de la puerta está atascado o incluso parcialmente atascado en esa posición, impedirá que la puerta del horno se cierre. A veces, esto puede restablecerse enganchando el bloqueo de la puerta y desenganchándolo.
Alternativamente, si el pestillo de su puerta está doblado o atascado, tendrá que reemplazarlo. Es probable que sea la causa de que la puerta de su horno se atasque al abrirse o no selle correctamente.
Bisagras
El siguiente culpable deben ser las bisagras de la puerta del horno. Estas bisagras deben ser revisadas primero para ver si hay residuos. Luego, una vez limpias, se deben aflojar los tornillos y volver a apretarlos. Las bisagras sueltas o mal alineadas pueden impedir que su puerta se cierre del todo, y al quitar los tornillos, puede ayudar a asentarlas en la realineación.
Sello de la puerta
Todos los hornos vienen con una tira acolchada y resistente al calor que ayuda a sellar la puerta del horno. Puede estar en el borde interior de una cubeta del horno o en el borde interior de la propia puerta. La tira debe estar uniforme y lisa en su hueco, sin trozos levantados o dañados. Si la junta no es uniforme o no está dañada, tendrá que ser reemplazada.