- La presión arterial baja se define por una lectura de la presión arterial de 90/60 mm Hg o inferior, pero una lectura tan baja no es necesariamente motivo de preocupación.
- Se convierte en una preocupación si empieza a mostrar síntomas de mareo, falta de aire o desmayo; si esto sucede, debe buscar atención médica.
- En algunos casos, la presión arterial baja puede ser un síntoma de una afección más grave, como la sepsis o la enfermedad de Addison.
- Este artículo ha sido revisado por el Dr. John Osborne, Director de Cardiología de State of the Heart Cardiology, con sede en Dallas.
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La presión arterial es una medida de la fuerza con la que se mueve la sangre a través de las paredes de las arterias. Cuando esa fuerza es demasiado baja, es posible que sus órganos vitales no reciban la cantidad adecuada de flujo sanguíneo que necesitan para funcionar.
Aquí tiene lo que necesita saber sobre lo que puede causar una presión arterial baja y cuándo se considera una emergencia.
Qué significa presión arterial baja
La hipotensión es el término médico para la presión arterial baja, que se define típicamente por una lectura de presión arterial de 90/60 mm Hg o inferior. Como referencia, un rango de presión arterial normal es de alrededor de 100/60 mm Hg a 120/80 mm Hg.
La presión arterial baja sin síntomas no suele ser motivo de preocupación, dice la doctora Nicole Weinberg, cardióloga del Providence Saint John’s Health Center. De hecho, algunas personas tienen presión arterial baja crónica, pero se sienten bien, y no necesitan ser tratados.
Sin embargo, si la presión arterial baja se combina con síntomas de mareos, desmayos, falta de aire o aturdimiento, podría ser una señal de que necesita atención médica.
La causa exacta de la presión arterial baja no siempre está clara, dice Weinberg, pero algunas causas comunes incluyen:
- Efectos secundarios de los medicamentos de venta libre o con receta, incluidos los fármacos utilizados para tratar la hipertensión, como los diuréticos, así como los antidepresivos tricíclicos y los fármacos para la disfunción eréctil
- El embarazo (a menudo en las primeras 24 semanas), debido a los cambios hormonales y a la expansión del sistema circulatorio
- Otros cambios hormonales, incluyendo problemas con las glándulas productoras de hormonas en el sistema endocrino
- Deshidratación, agotamiento por calor o golpe de calor
Además, la hipotensión postural u ortostática puede ocurrir cuando se levanta rápidamente de una posición sentada o acostada, causando una caída repentina de la presión arterial y sensación de mareo. Esto puede durar sólo unos minutos o puede ser más grave y causar desmayos.
De hecho, la enfermedad de Parkinson puede afectar a la capacidad del cuerpo para ajustar automáticamente la presión arterial cuando se cambia de posición, lo que da lugar a episodios de hipotensión ortostática. Aproximadamente una de cada cinco personas con Parkinson se ve afectada por la hipotensión ortostática.
Weinberg dice que la hipotensión ortostática no suele ser una emergencia médica a menos que persista y uno se sienta constantemente mareado al ponerse de pie. Para alguien que experimenta un episodio aislado de hipotensión, Weinberg aconseja acostarse, comer un bocadillo salado y beber agua, ya que los líquidos aumentan el volumen sanguíneo y pueden ayudar a normalizar la presión arterial.
Cuando la presión arterial baja es una emergencia
Si experimenta con frecuencia síntomas de presión arterial baja, como mareos o desmayos, debe consultar a un médico. Aunque la presión arterial baja, en sí misma, no suele ser mortal, hay situaciones médicas graves en las que se considera una emergencia, y debe acudir al hospital.
«La probabilidad de morir a causa de una presión arterial baja es baja a menos que esté relacionada con otro proceso de enfermedad», dice Weinberg.
Por ejemplo, una infección de la sangre, o sepsis, puede provocar una presión arterial baja. La sepsis se produce cuando las sustancias químicas liberadas por el organismo para combatir una infección desencadenan una inflamación generalizada, lo que provoca una coagulación de la sangre que reduce el flujo sanguíneo a los órganos vitales, como el corazón, los riñones y el cerebro. Esto puede progresar a un shock séptico y a una presión arterial muy baja, lo que puede ser fatal, y debe ser tratado inmediatamente.
La presión arterial baja también puede estar relacionada con la enfermedad de Addison, un trastorno en el que las glándulas suprarrenales no producen suficiente cortisol, una hormona que ayuda al cuerpo a responder al estrés. La falta de producción de cortisol puede provocar una crisis addisoniana, que se caracteriza por una presión arterial baja y puede ser mortal sin un tratamiento adecuado.
El tratamiento de la presión arterial baja varía según la causa. En los casos graves, puede ser necesaria una terapia intravenosa para administrar líquidos en las venas y elevar la presión arterial. En situaciones críticas, como el shock séptico, los médicos pueden utilizar terapias farmacológicas por vía oral o intravenosa para elevar rápidamente la presión arterial.
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