La quimioterapia (quimio) es el uso de fármacos anticancerosos que se inyectan en una vena, bajo la piel o en el líquido cefalorraquídeo (LCR), o fármacos que se toman por vía oral para destruir o controlar las células cancerosas. Excepto cuando se administran en el LCR, estos fármacos entran en el torrente sanguíneo y llegan a todas las zonas del cuerpo, lo que hace que este tratamiento sea útil para cánceres como la leucemia que se extienden por todo el cuerpo.
La quimioterapia es el principal tratamiento para la mayoría de las personas con leucemia mieloide aguda (LMA). La quimioterapia intensa puede no ser recomendable para los pacientes con mala salud, pero la edad avanzada por sí misma no es un obstáculo para recibir quimioterapia.
¿Cómo se administra la quimioterapia?
El tratamiento de la LMA suele dividirse en fases:
- La inducción es la primera fase del tratamiento. Es corta e intensiva, y suele durar aproximadamente una semana. El objetivo es eliminar de la sangre las células leucémicas (blastos) y reducir el número de blastos en la médula ósea a lo normal.
- La consolidación es la quimioterapia que se administra después de que el paciente se haya recuperado de la inducción. Su objetivo es eliminar el pequeño número de células leucémicas que todavía existen pero que no se pueden ver (porque son muy pocas). Para la consolidación, la quimioterapia se administra en ciclos, y cada período de tratamiento va seguido de un período de descanso para que el cuerpo tenga tiempo de recuperarse.
Una tercera fase denominada de mantenimiento (o postconsolidación) consiste en administrar una dosis baja de quimioterapia durante meses o años después de terminar la consolidación. Esto se utiliza a menudo para tratar la leucemia promielocítica aguda (LPA), pero no suele utilizarse para otros tipos de LMA.
La mayoría de los fármacos de quimioterapia utilizados para tratar la LMA se administran en una vena del brazo (IV), aunque algunos pueden inyectarse bajo la piel o tomarse por vía oral en forma de píldoras. Si hay signos de que la leucemia ha llegado al cerebro o a la médula espinal (lo que no es frecuente en la LMA), la quimioterapia también puede administrarse en el LCR (conocida como quimioterapia intratecal). Esto puede hacerse con un tubo fino (catéter) que se introduce a través de un pequeño orificio en el cráneo (como un depósito de Ommaya), o durante una punción lumbar (punción espinal).
La mayoría de los regímenes de quimioterapia utilizados para tratar la LMA son intensivos y pueden causar efectos secundarios graves, por lo que el tratamiento suele administrarse en el hospital.
¿Qué fármacos de quimioterapia se utilizan para tratar la LMA?
Los fármacos de quimioterapia más utilizados para tratar la LMA son una combinación de:
- Citarabina (arabinósido de citosina o ara-C)
- Un fármaco antraciclínico, como la daunorubicina (daunomicina) o la idarubicina
Otros quimiofármacos que pueden utilizarse para tratar la LMA son:
- Cladribina (2-CdA)
- Fludarabina
- Mitoxantrona
- Etopósido (VP-16)
- 6-tioguanina (6-TG)
- Hidroxiurea
- Fármacos corticoides, como la prednisona o la dexametasona
- Metotrexato (MTX)
- 6-mercaptopurina (6-MP)
- Azacitidina
- Decitabina
Para más información sobre cómo se utiliza la quimioterapia para tratar la LMA, véase Tratamiento típico de la mayoría de los tipos de leucemia mieloide aguda (LMA), excepto la LPA.
Posibles efectos secundarios
Los fármacos de la quimio pueden afectar a algunas células normales del organismo, lo que puede provocar efectos secundarios. Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo y la dosis de los fármacos administrados y de la duración de su administración. Los efectos secundarios pueden incluir:
- Pérdida de cabello
- Llagas en la boca
- Pérdida de apetito
- Náuseas y vómitos
- Diarrea o estreñimiento
Los medicamentos de la quimioterapia también afectan a las células normales de la médula ósea, lo que puede reducir el recuento de células sanguíneas. Esto puede provocar:
- Aumento del riesgo de infecciones (por tener muy pocos glóbulos blancos normales)
- Fácil aparición de hematomas o hemorragias (por tener muy pocas plaquetas)
- Fatiga y dificultad para respirar (por tener muy pocos glóbulos rojos)
La mayoría de los efectos secundarios de la quimioterapia desaparecen una vez finalizado el tratamiento. Los recuentos bajos de células sanguíneas pueden durar semanas, pero luego deberían volver a la normalidad. A menudo hay formas de reducir estos efectos secundarios. Por ejemplo, se pueden administrar medicamentos para ayudar a prevenir o reducir las náuseas y los vómitos. Asegúrese de preguntar por los medicamentos que ayudan a reducir los efectos secundarios, y comunique a su médico o enfermera cuando tenga efectos secundarios para que puedan ser manejados eficazmente.
Bajo recuento de glóbulos blancos: Algunos de los efectos secundarios más graves de la quimioterapia están causados por un recuento bajo de glóbulos blancos.
Si su recuento de glóbulos blancos es muy bajo durante el tratamiento, puede ayudar a reducir el riesgo de infección evitando cuidadosamente la exposición a los gérmenes. Durante este tiempo, su médico o enfermera puede indicarle:
- Lávese las manos con frecuencia.
- Evite las frutas y verduras frescas sin cocinar y otros alimentos que puedan ser portadores de gérmenes.
- Evite las flores y plantas frescas porque pueden ser portadoras de moho.
- Asegúrese de que otras personas se lavan las manos antes de entrar en contacto con usted.
- Evite las grandes aglomeraciones y a las personas que estén enfermas.
Puede recibir antibióticos antes de que tenga signos de infección o al primer signo de que pueda estar desarrollándose una infección (como la fiebre). También puede recibir medicamentos que ayudan a prevenir las infecciones víricas y fúngicas.
Los medicamentos conocidos como factores de crecimiento, como el filgrastim (Neupogen), el pegfilgrastim (Neulasta) y el sargramostim (Leukine), se administran a veces para aumentar el recuento de glóbulos blancos después de la quimioterapia, para ayudar a reducir la posibilidad de infección. Sin embargo, no está claro si tienen un efecto sobre el éxito del tratamiento.
Cuentos bajos de plaquetas: Si sus recuentos de plaquetas son bajos, se le pueden administrar fármacos o transfusiones de plaquetas para ayudar a prevenir las hemorragias.
Cuentos bajos de glóbulos rojos: La dificultad para respirar y la fatiga extrema causadas por los recuentos bajos de glóbulos rojos (anemia) pueden tratarse con fármacos o con transfusiones de glóbulos rojos.
Las decisiones sobre cuándo un paciente puede abandonar el hospital suelen estar influidas por sus recuentos sanguíneos. A algunas personas les resulta útil llevar un registro de sus recuentos. Si está interesado en esto, pregunte a su médico o enfermera sobre sus recuentos de células sanguíneas y lo que significan estos números.
Efectos secundarios de medicamentos específicos: Ciertos medicamentos tienen algunos posibles efectos secundarios específicos. Por ejemplo:
- Las dosis altas de citarabina pueden causar sequedad en los ojos y efectos en ciertas partes del cerebro, lo que puede provocar problemas de coordinación o equilibrio. Puede ser necesario reducir la dosis del fármaco o suspenderla por completo si aparecen estos efectos secundarios.
- Las antraciclinas (como la daunorubicina o la idarubicina) pueden dañar el corazón, por lo que podrían no utilizarse en alguien que ya tenga problemas cardíacos.
Otros órganos que podrían resultar dañados por los fármacos de quimioterapia son los riñones, el hígado, los testículos, los ovarios y los pulmones. Los médicos y el personal de enfermería controlan cuidadosamente el tratamiento para limitar el riesgo de estos efectos secundarios en la medida de lo posible.
Si se producen efectos secundarios graves, puede ser necesario reducir o suspender la quimioterapia, al menos durante un breve periodo de tiempo. Es importante un seguimiento cuidadoso y el ajuste de las dosis de los medicamentos porque algunos efectos secundarios pueden durar mucho tiempo.
Síndrome de lisis tumoral: Este efecto secundario de la quimioterapia puede producirse en pacientes que tienen un gran número de células leucémicas en el organismo, principalmente durante la fase de inducción del tratamiento. Cuando la quimio mata estas células, se rompen y liberan su contenido en el torrente sanguíneo. Esto puede saturar los riñones, que no son capaces de eliminar todas estas sustancias a la vez. El exceso de ciertos minerales también puede afectar al corazón y al sistema nervioso. Esto puede evitarse administrando más líquidos durante el tratamiento y administrando ciertos medicamentos, como el bicarbonato, el alopurinol y la rasburicasa, que ayudan al organismo a deshacerse de estas sustancias.