La mayoría de las personas reciben una dosis 5 días a la semana. Su horario puede variar. Depende del tipo de haz utilizado y de otras cosas, como el tipo, el tamaño y la localización del cáncer.
La radioterapia de haz externo no le hará ser radiactivo, por lo que puede pasar con seguridad cerca de otras personas.
Radioterapia interna. Le colocarán la radiación en su interior en forma sólida o líquida. Podría tragar o recibir una inyección intravenosa de yodo radiactivo líquido, que viajará por todo su cuerpo para buscar y matar las células cancerosas. Esto se llama terapia sistémica. Los médicos la utilizan con mayor frecuencia para tratar el cáncer de tiroides.
En otra opción, denominada braquiterapia, un técnico coloca una forma sólida de radiación -como una cápsula u otro tipo de implante- en su cuerpo. Lo colocan dentro de usted utilizando un pequeño tubo llamado catéter o un dispositivo conocido como aplicador.
La braquiterapia suele tratar los cánceres de cabeza, cuello, mama, cuello uterino, endometrio, próstata y ojo.
Si su médico utiliza una dosis baja de radiación en la braquiterapia, retirará el implante después de varios días. Si utilizan una dosis más alta, suelen retirarlo después de 10 a 20 minutos, y usted recibirá dos dosis al día durante unas 2 a 5 semanas.
Dependiendo del tipo y la localización de su cáncer y de los otros tratamientos que haya recibido, su médico también puede colocar un implante en su cuerpo de forma permanente y la radiación se debilitará con el tiempo.
Después de recibir radioterapia interna, su cuerpo o sus fluidos corporales pueden emitir radiación durante un tiempo, por lo que es probable que permanezca en un hospital y deberá evitar o limitar las visitas con sus seres queridos al principio.
Sea cual sea el tipo de radioterapia que reciba, tendrá citas periódicas de seguimiento para comprobar que ha funcionado. Su médico le examinará y hablará de los efectos secundarios y los síntomas. También puede solicitar pruebas de laboratorio y de imagen, como análisis de sangre, radiografías o tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o tomografías por emisión de positrones, para comprobar si hay signos de cáncer.