Un elemento importante para maximizar la altura del salto vertical es una acción de agachamiento inmediatamente anterior que precarga los músculos. Esta acción de agacharse se suele realizar rápidamente y se denomina contramovimiento: la rápida flexión de las piernas y el movimiento de los brazos hacia los lados de la persona constituyen el contramovimiento del rango de movimiento del salto real. El contramovimiento y el salto se denominan conjuntamente salto con contramovimiento (CMJ). Se ha demostrado que el contramovimiento de las piernas, una rápida flexión de las rodillas que baja el centro de masa antes de saltar hacia arriba, mejora la altura del salto en un 12% en comparación con el salto sin contramovimiento. Esto se atribuye normalmente al ciclo de estiramiento y acortamiento (SSC), por ejemplo, el estiramiento de los músculos que se produce durante la agachada genera un mayor potencial de contracción de los músculos en el salto posterior, lo que permite realizar el salto con más fuerza. Además, la altura del salto puede incrementarse en un 10% más si se realizan balanceos de brazos durante la fase de despegue del salto en comparación con si no se utilizan balanceos de brazos. Se trata de bajar los brazos a los lados durante el contramovimiento de las piernas y empujarlos con fuerza hacia arriba y por encima de la cabeza durante el salto. Sin embargo, a pesar de estos aumentos debidos a los ajustes técnicos, algunos investigadores consideran que la optimización tanto de las propiedades productoras de fuerza como de las elásticas del sistema musculotendinoso de las extremidades inferiores está determinada en gran medida por la genética, y sólo se puede modificar parcialmente mediante el entrenamiento de ejercicios de resistencia.
Otro método para mejorar la altura del salto vertical es el uso de un salto con precarga isométrica (IPJ). Es similar a un CMJ, con la diferencia de que la posición agachada no se asume rápidamente para maximizar la influencia del SSC. Un IPJ implica la adopción de una posición agachada durante un período de tiempo más largo con el fin de maximizar la capacidad de precarga isométrica de los músculos. Esta forma de precarga debe considerarse como una prensa isométrica y no como una sujeción isométrica. Esto se debe a que la intención principal no es maximizar la longitud de la agachada, lo que implicaría una postura diferente, sino generar una mayor potencia a través de la prensa isométrica que está formada por la presión hacia abajo del torso sobre las piernas flexionadas, y la fuerza hacia arriba de las piernas flexionadas que resisten esta presión en igual medida. A veces se utiliza la analogía de un muelle enrollado para describir este proceso. En cuanto a la aplicación de este método de precarga isométrica para maximizar la generación de potencia durante la fase de agachado, el saltador realiza la agachada de forma instintiva e intuitiva con el fin de intensificar la sensación de precarga en los músculos y especialmente en los glúteos, los muslos y el núcleo. A continuación, desde su postura agachada, saltan hacia arriba y canalizan la potencia que han generado previamente en el salto. Teniendo en cuenta los beneficios respectivos de los CMJ y los IPJ, algunos investigadores han encontrado que la diferencia entre los dos métodos de precarga es insignificante en términos de influencia en la altura del salto, lo que puede indicar que la contribución de la energía elástica en ambas formas de salto era similar. Sin embargo, el CMJ sigue siendo el método más popular para mejorar y conseguir medidas de salto vertical.