No todos los dragones están hechos igual. Los dragones occidentales tienden a ser serpientes apocalípticas que amenazan con abrasar a cualquiera que se encuentre con el alijo de oro de sus guaridas, mientras que los dragones orientales crepitan con el poder dotado por lo divino. Aunque sus poderes pueden variar, sus temperamentos no lo hacen.
Como explica el vídeo de Monster Science más arriba, los dragones tienden a ser codiciosos, de mal genio y con aliento de fuego. Claro, unos pocos elegidos son domesticados por doncellas hermosas o adolescentes inocentes, ¿pero la mayoría? Les da lo mismo cocinarte que ser tu mascota.
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¿Qué hace que los dragones puedan dominar el fuego de una manera que el resto del mundo natural no puede? Una teoría planteada de forma lúdica por el paleontólogo Henry Gee sostiene que los dragones aprovechan el oxígeno, luego crean una chispa -ya sea con rocas ingeridas en su molleja o con recubrimientos minerales en sus dientes- y crean una ráfaga de alta presión alimentada por éter dietílico, un compuesto orgánico incoloro e inflamable.
La capacidad de dominar la llama convirtió a las personas en comandantes del reino animal, guardianes de fogatas incandescentes y alimentos chisporroteantes. Pero para el dragón, las llamas son una habilidad innata que las personas simplemente no pueden replicar.
Para obtener pistas sobre la capacidad de un dragón para respirar fuego, recurrimos al escarabajo bombardero de la vida real. (Porque ¿quién quiere realmente inspeccionar la garganta de un dragón?) El escarabajo bombardero es un experto en la vida real en escupir explosivos. Este escarabajo de media pulgada de largo produce peróxido de hidrógeno e hidroquinonas que se almacenan en depósitos separados. Cuando el escarabajo se ve amenazado, libera el peróxido de hidrógeno y las hidroquinonas en una cámara de reacción especial donde las enzimas secretadas descomponen rápidamente el peróxido de hidrógeno y liberan moléculas de oxígeno libre que oxidan las hidroquinonas.
¿El resultado? Una reacción química que genera suficiente calor para que toda la mezcla llegue casi a la ebullición. Esta mezcla extremadamente caliente es entonces rociada explosivamente sobre el atacante del escarabajo. ¡Ay!
Al igual que el mecanismo de defensa del escarabajo bombardero, el fuego del dragón resulta útil en una variedad de situaciones. No sólo asa la cena de un dragón – y el ocasional caballero – sino que el fuego de dragón podría ser la chispa que limpia los paisajes y los prepara para un nuevo crecimiento.
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