PREGUNTE AL DOCTOR K: Soy una mujer de unos 60 años. Vi a mi médico debido a un dolor rectal y estreñimiento. Me ha dicho que tengo un «rectocele». ¿Qué significa esto?
Desea leer: La vagina está separada del recto por una pared de tejido duro y fibroso llamada fascia. A veces, una zona de esta pared se debilita y parte del recto sobresale en la vagina. Esta protuberancia se denomina rectocele.
Un rectocele suele desarrollarse después de que la pared vaginal se dañe cuando un bebé nace de forma normal, sin cesárea. Pero los síntomas pueden no desarrollarse hasta más adelante. Esto se debe a que la pared vaginal dañada se debilita lentamente. Los rectoceles no suelen verse hasta que la mujer entra en la menopausia.
Cualquier condición que ejerza con frecuencia más presión en la parte inferior de la pelvis aumenta la posibilidad de que se desarrolle un rectocele. El esfuerzo frecuente para defecar debido al estreñimiento crónico puede hacerlo. También lo puede hacer el levantamiento repetitivo de objetos pesados. También lo puede hacer una tos crónica, como la provocada por el asma, una enfermedad pulmonar crónica o la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Cada aumento de presión en la parte inferior de la pelvis debilita un poco más la pared vaginal.
Un rectocele pequeño puede no causar ningún síntoma. Los rectoceles más grandes, sin embargo, pueden desencadenar una variedad de molestias rectales y vaginales. Estas incluyen:
- Un bulto de tejido que sobresale a través de la abertura vaginal
- Estreñimiento
- Dificultad para defecar
- Dolor o molestia durante las relaciones sexuales
- Sensación de que el recto no se ha vaciado completamente después de una evacuación
- Sensación de presión rectal
- Dolor rectal
- Dificultad para controlar la evacuación de las heces o los gases del recto
- Dolor en la parte baja de la espalda que se alivia al acostarse.
Un rectocele no se cura por sí solo. Puede seguir siendo un problema menor, o puede hacerse más grande y más problemático con el tiempo.
Si sus síntomas son molestos, su médico puede recetarle un pesario, un dispositivo con forma de anillo, bloque o tapón. Se coloca en la vagina para sostener los tejidos abultados. En muchas mujeres funciona para solucionar el problema.
Sin embargo, a veces es necesario recurrir a la cirugía para reparar la debilidad de la fascia entre el recto y la vagina. Esta reparación puede realizarse reforzando la zona con puntos de sutura. O puede implicar técnicas más complejas, como la colocación de un parche de malla para reforzar y sostener la pared entre el recto y la vagina. La cirugía suele conducir a la mejora o al alivio completo de los síntomas.
Muchas mujeres con rectocele también tienen afecciones relacionadas, como el abultamiento de la vejiga en la vagina o el hundimiento del útero en la vagina. Esta afección se denomina prolapso de órganos pélvicos. La cirugía para reparar el prolapso de órganos pélvicos suele realizarse al mismo tiempo que la reparación del rectocele.
La mayoría de las veces, los síntomas causados por un rectocele pueden mejorar con tratamientos. Seguro que ese es tu caso.
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