Los pacientes experimentarán un período de hipertiroidismo al fallar el revestimiento celular de los espacios coloidales, permitiendo la entrada de abundante coloide en la circulación, con dolor de cuello y fiebre. A continuación, los pacientes suelen convertirse en hipotiroideos a medida que la hipófisis reduce la producción de TSH y el coloide liberado de forma inapropiada se agota antes de resolver la situación de eutiroidismo. Los síntomas son los del hipertiroidismo y el hipotiroidismo. Además, los pacientes pueden sufrir disfagia dolorosa. En la histología hay células gigantes multinucleadas. En algunos casos puede haber anticuerpos tiroideos. La presentación clínica durante la fase hipertiroidea puede imitar la del bocio tóxico difuso o la enfermedad de Graves. En estos casos, puede ser útil la realización de una gammagrafía tiroidea con radionúclidos, ya que la tiroiditis subaguda provoca una disminución de la captación de isótopos, mientras que la enfermedad de Graves suele provocar un aumento de la captación. Es importante distinguir entre estos dos tipos de enfermedad, ya que la enfermedad de Graves y el bocio tóxico difuso pueden tratarse con radioyodo, pero la tiroiditis subaguda suele ser autolimitada y no se trata con radioyodo.