El tobillo es uno de los complejos articulares más versátiles del cuerpo. Está construido para soportar el peso, la movilidad, la adaptabilidad y la estabilidad. El pie y el tobillo nos permiten caminar, estar de pie y sirven de conexión con el suelo. El tobillo debe ser capaz de soportar la tensión del peso corporal, y también de adaptarse y reaccionar rápidamente a los cambios del entorno y de la superficie de marcha.
Huesos y articulaciones
El tobillo está formado por dos articulaciones, la articulación talocrural inferior y la articulación subastragalina.
La articulación tibiofibular inferior se encuentra entre el hueso grande de la parte inferior de la pierna (tibia) y el peroné, más pequeño, que luego se unen al hueso astrágalo del pie para formar la articulación talocrural. La articulación talocrural se denomina a veces la verdadera articulación del tobillo y es responsable del movimiento de dorsiflexión y flexión plantar (arriba y abajo) del pie. La articulación entre la tibia y el astrágalo soporta la mayor parte de nuestro peso corporal.
Debajo de la articulación talocrural se encuentra la articulación subtalar. La articulación subtalar se encuentra entre el hueso del astrágalo y el calcáneo o hueso del talón. Esta articulación es responsable de la inversión (giro hacia dentro) y eversión (giro hacia fuera) del tobillo.
Entre la tibia y el peroné hay una membrana fibrosa llamada membrana interósea. Esta membrana une la tibia y el peroné a lo largo de toda la pierna, extendiéndose hacia la rodilla. En el extremo superior, cerca de la parte exterior de la rodilla, se encuentra la articulación tibiofibular superior.
Cualquier restricción o disfunción de estas articulaciones puede producir síntomas en el tobillo. Todas las superficies articulares óseas tienen cartílago articular que cubre los extremos de los huesos. El cartílago articular tiene una superficie lisa y brillante, que permite que los extremos de los huesos se deslicen libremente unos sobre otros.
Las lesiones comunes de los huesos del tobillo incluyen la fractura del tobillo, la fractura del maléolo lateral, la fractura trimaleolar, la dislocación del tobillo, la dislocación de la fractura del tobillo, la fractura del calcáneo, la artrosis del tobillo, la artritis reumatoide del tobillo.
Ligamentos
Los ligamentos son estructuras fibrosas y fuertes de tejido blando que unen hueso con hueso. La función principal de los ligamentos es permitir el movimiento normal, proporcionar estabilidad y restringir el movimiento excesivo. Los ligamentos del tobillo son los principales estabilizadores de la articulación.
Cuatro ligamentos principales mantienen unido el tobillo. La parte medial del tobillo está sostenida por el fuerte y grueso ligamento deltoideo, y va desde el maléolo medial de la tibia hasta el astrágalo, el calcáneo y el hueso navicular del complejo del pie y el tobillo. En la cara lateral del tobillo hay tres ligamentos que parten del maléolo lateral del peroné. Dos de ellos -el ligamento talofibular anterior y el ligamento talofibular posterior- se unen al astrágalo. El tercer ligamento calcaneofibular se une al calcáneo, o hueso del talón.
Estos ligamentos proporcionan al tobillo soporte lateral y estabilidad. El ligamento talofibular anterior es el ligamento que se lesiona con más frecuencia en el cuerpo. Los esguinces laterales de tobillo representan el 85% de todos los esguinces de tobillo.
Las lesiones comunes de los ligamentos del tobillo incluyen el esguince de tobillo (grados 1,2 y 3) el esguince lateral de tobillo, la inestabilidad del tobillo, la rotura del ligamento del tobillo, la inestabilidad lateral del tobillo y la inestabilidad anterior del tobillo.
Músculos
Los músculos que controlan el movimiento del tobillo se originan en la parte inferior de la pierna. Son responsables del movimiento del pie y del tobillo hacia arriba y hacia abajo (dorsiflexión y flexión plantar) y del giro hacia dentro y hacia fuera (inversión y eversión). Los vientres musculares se encuentran en la parte inferior de la pierna, mientras que los tendones se desplazan y se unen al pie y al tobillo. Los tendones son la parte del músculo que fija el músculo al hueso.
Además del movimiento, los músculos fuertes proporcionan estabilidad activa al tobillo en contraposición a la estabilización pasiva de los ligamentos. Los principales músculos del tobillo son el gastrocnemio y el sóleo (pantorrilla), que empujan el pie hacia abajo y nos permiten ir de puntillas. Estos dos grandes músculos se unen en el tobillo para formar el tendón de Aquiles.
Los dos músculos peroneos, largo y corto, están situados en la parte exterior del tobillo, y empujan el pie hacia abajo (flexión plantar) y lo giran hacia fuera (eversión). También sujetan la parte lateral del tobillo para evitar esguinces. El tibial posterior está situado en la parte interior del tobillo, sostiene el arco del pie y ayuda a girar el tobillo hacia dentro (inversión). El músculo tibial anterior se une a la parte delantera del pie y ayuda a levantarlo (dorsiflexión).
Cualquier daño, debilidad, tendinitis o desgarro de estos músculos o tendones puede tener un profundo efecto en la función y la estabilidad del pie y el tobillo. Por ejemplo, la debilidad del tibial anterior puede producir una condición llamada caída del pie. El resultado es un arrastre del pie que produce un golpe de pie o tropiezos al caminar.
Las afecciones musculares más comunes son la tendinitis del tendón de Aquiles, la rotura del tendón de Aquiles, la tendinitis del tibial posterior, la tendinitis del peroneo, el pie caído, la debilidad del tibial anterior, las férulas de la espinilla y el síndrome compartimental anterior.
La bursa
Una bursa es un saco lleno de líquido que disminuye la fricción entre dos tejidos. Las bursas suelen encontrarse cerca de una articulación y actúan como estructuras lubricantes entre el tendón y el hueso. Hay varias bursas en la región del pie y del tobillo. Las más comunes son la bursa retrocalcánea, la bursa calcánea subcutánea y la bursa subcutánea del maléolo medial.
La bursa retrocalcánea se encuentra entre el tendón de Aquiles y el hueso calcáneo (talón). Los traumatismos directos o repetitivos, como el roce o la fricción constantes, pueden producir bursitis en esta zona. La bursa subcutánea del calcáneo, también llamada bursa de Aquiles, está más abajo, cerca del talón. La bursa subcutánea del maléolo medial se encuentra debajo del borde del maléolo medial. El calzado deportivo apretado puede producir roces y bursitis en esta zona.
Algunas afecciones comunes de la bursa incluyen la bursitis de Aquiles, la bursitis retrocalcánea y la bursitis del maléolo medial.