Según la Revista del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos (RCOE), ocho millones de españoles padecen algún tipo de enfermedad periodontal, pero muchos lo ignoran. Por muy común que sea la afección, si no se trata, con frecuencia da lugar a indeseadas pérdidas dentales. Sin embargo, dado el gran número de opciones de tratamiento eficaces disponibles para la enfermedad periodontal avanzada, la pérdida de piezas no tiene necesariamente por qué ser el resultado de unas encías poco sanas.
De la gingivitis a la periodontitis
La enfermedad periodontal es una dolencia sigilosa y progresiva: su primera fase, llamada gingivitis, surge cuando no se elimina por completo la placa bacteriana de los dientes. Unas encías rojas, hinchadas y sangrantes son un signo que denota esta infección, la cual puede revertirse fácilmente si se efectúa el debido cepillado diario y se utiliza el hilo dental, junto con una limpieza profesional en la consulta del dentista.
Sin embargo, si no se trata, la gingivitis puede agravarse y dar lugar a una enfermedad más dañina llamada periodontitis. En este punto, las toxinas debidas a la acumulación de la placa bacteriana no afectan únicamente al tejido gingival, sino también al hueso y los ligamentos que sostienen los dientes. Como la infección daña el hueso y los tejidos de soporte, las piezas dentales pueden terminar por aflojarse y requerir tratamiento quirúrgico o extracción. Así y todo, ni siquiera los casos más graves de enfermedad periodontal tienen por qué llegar irremediablemente a este final.
Tratamiento no quirúrgico
El primer paso para tratar la periodontitis es un abordaje conservador no quirúrgico denominado raspado y alisado radicular. Corre a cargo de un dentista o higienista dental, el cual retira la placa y el sarro de los dientes y las superficies radiculares mediante el raspado y luego alisa cualquier rugosidad presente en las raíces para evitar que las bacterias se acumulen de nuevo. Este curetaje puede requerir más de una visita e incluir un anestésico local para evitar posibles molestias. Tras el tratamiento, las encías cicatrizarán y volverán a adherirse a la superficie dental, ahora sana y desinfectada. Pasadas unas semanas, el dentista valorará la situación y decidirá si es necesario ampliar el tratamiento.
Para los casos que requieren tratamiento adicional, la revista médica Avances en Periodoncia describe diversos procedimientos quirúrgicos que pueden frenar el avance de la enfermedad periodontal:
Reducción de bolsas
Después del raspado y alisado radicular, si el tejido gingival no se ajusta bien al diente y no se logra mantener limpia la zona más profunda de la bolsa, es posible que sea buena idea practicar una reducción de la cavidad periodontal o «cirugía a colgajo». Al replegar el tejido gingival, el dentista o periodontista puede eliminar las bacterias infecciosas y alisar las zonas óseas dañadas a fin de que el tejido gingival se adhiera de nuevo al hueso sano.
Injertos gingivales
Las raíces expuestas debido al retroceso de las encías pueden cubrirse con injertos gingivales, cuyo tejido se extrae del paladar o de otra fuente y se utiliza para cubrir la raíz de uno o más dientes. Recubrir las raíces desprotegidas ayuda a reducir la sensibilidad dental y protege las raíces de la caries, a la vez que detiene la recesión gingival y la pérdida de hueso.
Procedimientos regeneradores
Un injerto óseo es un procedimiento quirúrgico que favorece el crecimiento del hueso en una zona donde la enfermedad periodontal lo ha destruido. Mediante este tipo de tratamiento, el dentista o periodontista elimina las bacterias y luego coloca hueso natural o sintético en la zona afectada por la pérdida ósea, junto con proteínas que estimulan la producción del tejido para facilitar al organismo una regeneración eficaz tanto ósea como tisular.
Mantenimiento periodontal
Cualquier persona que haya recibido tratamiento para la enfermedad periodontal avanzada sabe que un cuidado meticuloso en casa es la clave para evitar que la afección vuelva a hacer acto de presencia. Puesto que la higiene bucodental personal es importante en cualquier plan de tratamiento periodontal, el dentista o higienista dental le dedicará un tiempo considerable para asegurarse de que conoce y aplica las técnicas adecuadas de cepillado y uso de hilo dental en el hogar. El profesional también puede recomendarle determinados productos, p. ej., un enjuague bucal antimicrobiano para combatir las bacterias en zonas de difícil acceso.
Además de no fumar (el tabaco dificulta la cicatrización), el dentista también le recomendará que vigile de cerca la salud periodontal con revisiones y limpiezas dentales más frecuentes. En lo que a la enfermedad periodontal se refiere, «más vale prevenir que curar».