SYDNEY, 3 de septiembre (Xinhua) — Un avance australiano pionero en el mundo ha allanado el camino para nuevos tratamientos de la diabetes de tipo 2, que hace sufrir a unos 400 millones de personas en todo el mundo.
Al utilizar una proteína que se produce de forma natural en el cuerpo, los investigadores de la Universidad de Melbourne creen que pueden tratar la enfermedad de forma mucho más eficaz que los remedios actuales, que son de corta duración y conllevan importantes efectos secundarios.
El equipo descubrió que la proteína SMOC1, que se produce de forma natural en el hígado, puede reducir los niveles de glucosa en sangre, lo que significa que una forma modificada de SMOC1 podría tratar a las personas con diabetes de tipo 2, que padecen niveles de glucosa en sangre anormalmente altos.
Los estudios preliminares con animales demostraron que una forma duradera de SMOC1 desarrollada por el equipo de Melbourne era capaz de controlar los niveles de glucosa en sangre de forma más eficaz que los tratamientos existentes.
«Fue más eficaz para mejorar el control de la glucosa en sangre que la actual medicación de primera línea llamada metformina», afirmó la autora principal e investigadora principal de la Universidad de Melbourne, Magdalene Montgomery.
«También reduce el hígado graso y los niveles de colesterol en sangre, que son problemas de salud habituales en los pacientes con diabetes de tipo 2.»
Con el aumento del número de personas que padecen diabetes de tipo 2 en todo el mundo, Montgomery afirmó que cada vez es más importante explorar nuevas opciones de tratamiento.
«Cualquier terapia que pueda reducir eficazmente los niveles de glucosa en sangre puede tener un enorme impacto en los pacientes», dijo Montgomery.
«Reduce su riesgo de desarrollar enfermedades como las cardiovasculares, las renales crónicas, el daño a los vasos sanguíneos que causa ceguera, el riesgo de amputaciones y el daño a los nervios que causa dolor».
El equipo dijo que el siguiente paso era avanzar hacia los ensayos en humanos, lo que requeriría el compromiso de la industria farmacéutica. Fin del artículo