Durante sus 25 años de trabajo con personas de éxito en los negocios, las universidades y los entornos de relación, Stephen Covey descubrió que las personas de alto rendimiento a menudo estaban plagadas de una sensación de vacío. En un intento por comprender el motivo, leyó varios libros de superación personal, autoayuda y psicología popular escritos en los últimos 200 años. Fue entonces cuando observó un marcado contraste histórico entre dos tipos de éxito.
Antes de la Primera Guerra Mundial, el éxito se atribuía a la ética del carácter. Esto incluía características como la humildad, la fidelidad, la integridad, el valor y la justicia. Sin embargo, después de la guerra, hubo un cambio a lo que Covey se refiere como la «Ética de la Personalidad». Aquí, el éxito se atribuía en función de la personalidad, la imagen pública, los comportamientos y las habilidades. Sin embargo, estos eran sólo éxitos superficiales y rápidos, pasando por alto los principios más profundos de la vida.
Covey argumenta que es tu carácter el que necesita ser cultivado para lograr un éxito sostenible, no tu personalidad. Lo que somos dice mucho más que lo que decimos o hacemos. La «ética del carácter» se basa en una serie de principios. Covey afirma que estos principios son evidentes y perduran en la mayoría de los sistemas religiosos, sociales y éticos. Tienen aplicación universal. Cuando se valoran los principios correctos, se ve la realidad tal y como es. Esta es la base de su libro más vendido, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.
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¿Qué son los 7 hábitos de la gente altamente efectiva?
Los siete hábitos de Covey están compuestos por los principios primarios del carácter en los que se basan la felicidad y el éxito. Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva propone un enfoque centrado en los principios para la efectividad personal e interpersonal. En lugar de centrarse en alterar las manifestaciones externas de su comportamiento y actitudes, pretende adaptar su núcleo interno, su carácter y sus motivos.
Los siete hábitos de este libro le ayudarán a pasar de un estado de dependencia, a la independencia y, finalmente, a la interdependencia. Mientras que la sociedad y la mayoría de los libros de autoayuda del mercado defienden la independencia como el mayor logro, Covey sostiene que es la interdependencia la que produce los mejores resultados.
La interdependencia es un concepto más maduro y avanzado. Implica saber que uno es un ser independiente, pero que trabajar con otros producirá mayores resultados que trabajar solo. Para alcanzar este nivel de interdependencia, debes cultivar cada uno de los siete hábitos expuestos en el libro. Los siete hábitos son los siguientes:
- Ser proactivo
- Empezar con el fin en mente
- Poner primero lo primero
- Pensar en ganar/ganar
- Buscar entender primero, antes de hacerse entender
- Aprende a sinergizar
- Afila la sierra
Este resumen del libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva analizará cada uno de estos hábitos y te mostrará cómo ponerlos en acción para tener más éxito en cualquier cosa que quieras lograr.
Hábito 1: ser proactivo
El primer y más fundamental hábito de una persona eficaz es ser proactivo. Más que tomar la iniciativa, ser proactivo significa asumir la responsabilidad de tu vida. En consecuencia, no culpas de tu comportamiento a factores externos como las circunstancias, sino que lo haces tuyo como parte de una elección consciente basada en tus valores. Mientras que las personas reactivas se dejan llevar por los sentimientos, las proactivas se dejan llevar por los valores.
Si bien los factores externos tienen la capacidad de causar dolor, tu carácter interior no necesita ser dañado. Lo que más importa es cómo respondes a estas experiencias. Los individuos proactivos centran sus esfuerzos en las cosas que pueden cambiar, mientras que las personas reactivas centran sus esfuerzos en las áreas de su vida en las que no tienen control. Acumulan energía negativa culpando a factores externos de sus sentimientos de victimización. Esto, a su vez, da poder a otras fuerzas para que las controlen perpetuamente.
La manifestación más clara de la proactividad puede verse en tu capacidad para cumplir los compromisos que adquieres contigo mismo y con los demás. Esto incluye un compromiso de superación personal y, por extensión, de crecimiento personal. Al establecer pequeños objetivos y cumplirlos, aumentas gradualmente tu integridad, lo que incrementa tu capacidad de asumir la responsabilidad de tu vida. Covey sugiere realizar una prueba de proactividad de 30 días, en la que se asumen una serie de pequeños compromisos y se cumplen. Observe cómo esto cambia su sentido de sí mismo.
Hábito 2: Empezar con el fin en mente
Para entender mejor este hábito, Covey le invita a imaginar su funeral. Te pide que pienses cómo te gustaría que tus seres queridos te recordaran, qué te gustaría que reconocieran como tus logros, y que consideres la diferencia que marcaste en sus vidas. Realizar este experimento mental le ayuda a identificar algunos de sus valores clave que deberían sustentar su comportamiento.
Cada día de tu vida debe contribuir a la visión que tienes de tu vida como un todo. Saber lo que es importante para ti significa que puedes vivir tu vida al servicio de lo que más importa. El segundo hábito consiste en identificar los viejos guiones que te alejan de lo que más importa y escribir otros nuevos que sean congruentes con tus valores más profundos. Esto significa que, cuando surjan los retos, podrás afrontarlos de forma proactiva y con integridad, ya que tus valores están claros.
Covey afirma que la forma más eficaz de empezar con el fin en mente es crear una declaración de misión personal. Debería centrarse en lo siguiente:
- Lo que quieres ser (carácter)
- Lo que quieres hacer (contribuciones y logros)
- Los valores en los que se basan ambas cosas
Con el tiempo, tu declaración de misión se convertirá en tu constitución personal. Se convierte en la base a partir de la cual tomas todas las decisiones de tu vida. Al hacer de los principios el centro de tu vida, creas una base sólida desde la que prosperar. Esto es similar a la filosofía que Ray Dalio presenta en su libro Principios. Como los principios no dependen de factores externos, no se tambalean. Te dan algo a lo que aferrarte cuando los tiempos se ponen difíciles. Con una vida guiada por principios, puede adoptar una visión del mundo más clara y objetiva.
Hábito 3: Poner lo primero en primer lugar
Para comenzar este capítulo, Covey le pide que responda a las siguientes preguntas:
- ¿Qué cosa podría hacer regularmente, que no esté haciendo actualmente, que mejoraría su vida personal?
- De la misma manera, ¿qué podría hacer para mejorar su negocio o su vida profesional?
Mientras que el hábito uno le anima a darse cuenta de que está a cargo de su propia vida, y el hábito dos se basa en la capacidad de visualizar e identificar sus valores clave, el hábito tres es la implementación de estos dos hábitos. Se centra en la práctica de la autogestión efectiva a través de la voluntad independiente. Al hacerte las preguntas anteriores, te das cuenta de que tienes el poder de cambiar significativamente tu vida en el presente.
Por lo tanto, tener una voluntad independiente significa que eres capaz de tomar decisiones y actuar en consecuencia. La frecuencia con la que utilices tu voluntad independiente depende de tu integridad. Tu integridad es sinónimo de lo mucho que te valoras a ti mismo y de lo bien que mantienes tus compromisos. El hábito tres se ocupa de priorizar estos compromisos y de dar prioridad a las cosas más importantes. Esto significa cultivar la capacidad de decir no a las cosas que no se ajustan a tus principios rectores. Para gestionar tu tiempo de forma efectiva de acuerdo con el hábito tres, tus acciones deben adherirse a lo siguiente:
- Deben estar centradas en los principios.
- Deben estar dirigidas a la conciencia, lo que significa que te dan la oportunidad de organizar tu vida de acuerdo con tus valores fundamentales.
- Definen tu misión clave, que incluye tus valores y objetivos a largo plazo.
- Dan equilibrio a tu vida.
- Se organizan semanalmente, con adaptaciones diarias según sea necesario.
El hilo que une estos cinco puntos es que el enfoque está en mejorar las relaciones y los resultados, no en maximizar tu tiempo. Esto comparte sentimientos con Tim Ferris quien, en La semana laboral de 4 horas, argumenta que la gestión del tiempo es un concepto profundamente defectuoso.
Hábito 4: Pensar en ganar/ganar
Covey argumenta que ganar/ganar no es una técnica, es una filosofía de interacción humana. Es un estado de ánimo que busca un beneficio mutuo para todos los implicados. Esto significa que todos los acuerdos o soluciones son mutuamente beneficiosos, y que todas las partes se sienten satisfechas con el resultado. Para encarnar esta mentalidad, la vida debe verse como una cooperación, no como una competición. En consecuencia, todo lo que no sea un resultado de ganar/ganar va en contra de la búsqueda de la interdependencia, que es el estado más eficiente para operar.
Por lo tanto, para adoptar una mentalidad de ganar/ganar, debe cultivar el hábito del liderazgo interpersonal. Esto implica ejercitar cada uno de los siguientes rasgos al interactuar con los demás:
- Conciencia de sí mismo
- Imaginación
- Conciencia
- Voluntad independiente
Para ser un líder eficaz de ganar/ganar, Covey sostiene que debe adoptar cinco dimensiones independientes:
- Carácter: Esta es la base sobre la que se crea una mentalidad de ganar/ganar, y significa actuar con integridad, madurez y una «mentalidad de abundancia» (es decir, hay de todo para todos, el éxito de una persona no amenaza tu éxito).
- Relaciones: La confianza es esencial para lograr acuerdos win/win. Debes alimentar tus relaciones para mantener un alto nivel de confianza.
- Acuerdos: Esto significa que las partes implicadas deben acordar los resultados deseados, las directrices, los recursos, la responsabilidad y las consecuencias.
- Acuerdos de rendimiento win/win y sistemas de apoyo: Crear un conjunto estandarizado y acordado de resultados deseados para medir el rendimiento dentro de un sistema que pueda apoyar una mentalidad de ganar/ganar.
- Procesos: Todos los procesos deben permitir que surjan soluciones ganar/ganar.
Hábito 5: Busca primero entender, luego ser entendido
Si quiere mejorar sus relaciones interpersonales, Covey sostiene que debe esforzarse por entender una situación antes de intentar hacerse entender. La capacidad de comunicarse con claridad es esencial para su eficacia general, ya que es la habilidad más importante que puede entrenar. Mientras que uno pasa años aprendiendo a leer, escribir y hablar, Covey afirma que se presta poca atención al entrenamiento de la habilidad de escuchar.
Si tus principios son sólidos, naturalmente querrás involucrarte y escuchar a la gente sin hacerla sentir manipulada. En consecuencia, es a través de tu carácter que transmites y comunicas qué tipo de persona eres. A través de él, la gente llegará a confiar instintivamente y a abrirse a ti. Mientras que la mayoría de la gente escucha con la intención de responder, el oyente competente escuchará con la intención de comprender. Esto se conoce como la habilidad de la escucha empática.
Un oyente empático puede entrar en el marco de referencia de la persona que habla. Al hacerlo, ve el mundo como ellos y siente las cosas como ellos las sienten. La escucha empática, por tanto, te permite obtener una imagen más clara de la realidad. Cuando empieces a escuchar a las personas con la intención de comprenderlas, te sorprenderá lo rápido que se abrirán.
Una vez que creas que has comprendido la situación, el siguiente paso es hacerte entender. Esto requiere valor. Utilizando lo que has aprendido de la escucha empática, puedes comunicar tus ideas de acuerdo con los paradigmas y preocupaciones de tu oyente. Esto aumenta la credibilidad de tus ideas, ya que estarás hablando en el mismo idioma que tu audiencia.
Hábito 6: Sinergizar
Cuando la sinergia está operando al máximo, incorpora el deseo de llegar a acuerdos ganar/ganar con la comunicación empática. Es la esencia del liderazgo centrado en los principios. Unifica y desencadena un gran poder de las personas, ya que se basa en el principio de que el todo es mayor que la suma de sus partes. El verdadero reto es aplicar los principios de la cooperación creativa sinérgica en tus interacciones sociales. Covey sostiene que estas instancias de colaboración interpersonal grupal sinérgica a menudo se descuidan, pero deberían formar parte de su vida diaria.
En su esencia, la sinergia es un proceso creativo que requiere vulnerabilidad, apertura y comunicación. Significa equilibrar las diferencias mentales, emocionales y psicológicas entre un grupo de personas y, al hacerlo, crear nuevos paradigmas de pensamiento entre los miembros del grupo. Aquí es donde se maximiza la creatividad. La sinergia es la eficacia como realidad interdependiente. Esto implica el trabajo en equipo, la creación de equipos y la creación de la unidad con otros seres humanos.
Hábito 7: Afilar la sierra
Este séptimo hábito trata de mejorarse a sí mismo a través de las cuatro dimensiones de la renovación:
- Físico: Ejercicio, nutrición y gestión del estrés. Esto significa cuidar tu cuerpo físico, comer bien, dormir lo suficiente y hacer ejercicio con regularidad.
- Social/emocional: Servicio, empatía, sinergia y seguridad intrínseca. Esto te proporciona una sensación de seguridad y significado.
- Espiritual: Clarificación de valores y compromiso, estudio y meditación. Al centrarte en esta área de tu vida, te acercas a tu centro y a tu sistema de valores interno.
- Mental: Leer, visualizar, planificar y escribir. Educarte continuamente significa expandir tu mente. Esto es esencial para la eficacia.
«Afilar la sierra» significa expresar y ejercitar estas cuatro motivaciones con regularidad y constancia. Esta es la inversión más importante que puedes hacer en tu vida, ya que tú eres el instrumento de tu rendimiento. Es esencial atender cada área con equilibrio, ya que abusar de un área significa descuidar otra.
Sin embargo, un efecto positivo de afilar tu sierra en una dimensión es que tiene un efecto positivo en otra, debido a que están interrelacionadas. Por ejemplo, si te centras en tu salud física, inadvertidamente mejoras también tu salud mental. Esto, a su vez, crea una espiral ascendente de crecimiento y cambio que te ayuda a ser cada vez más consciente de ti mismo. Subir en la espiral significa que debes aprender, comprometerte y hacer cada vez más a medida que asciendes y te conviertes progresivamente en un individuo más eficiente.
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