A través de mis años de ver pacientes, me he encontrado con muchos pacientes que han desarrollado una membrana epirretiniana. Casi todos ellos expresan que nunca han oído hablar de la membrana epirretiniana y están bastante perplejos sobre lo que es, por qué la tienen y qué ocurre exactamente dentro del ojo. De ahí que me haya dado cuenta de la necesidad de escribir este sencillo artículo explicativo sobre todo lo que hay que saber sobre las membranas epirretinianas.
Tabla de contenidos
¿Qué es una membrana epirretiniana?
Las membranas epirretinianas son más comunes de lo que la mayoría de nosotros cree. Aunque muchos de nosotros nunca hemos oído hablar de esta afección, en realidad se da en el 10-15 % de nuestra población con al menos un ojo afectado, y el 30% se da en ambos ojos. Se trata de una capa anormal de tejido fibroso (blanco y pegajoso) que crece en la superficie de la retina. Me gusta decir a mis pacientes que imaginen que es como un trozo de cinta adhesiva (de ahí el nombre de Maculopatía de Celofán) dentro del ojo que se pega a la parte superior de la retina y hace que ésta se arrugue y se hinche.
Debido a que tiende a producirse en la parte central de nuestra retina, la mácula, suele provocar síntomas como visión borrosa en el centro, lo que puede llevar a que las líneas rectas aparezcan como líneas onduladas. Por eso también se conoce como «arruga macular». La alteración de la visión central en el ojo afectado derivada del fruncimiento macular suele comenzar de forma leve, pero puede empeorar con el tiempo.
¿Quién la padece?
En realidad, cualquiera puede desarrollar una membrana epirretiniana. Los factores que nos ponen en mayor riesgo son:
- Aumento de la edad &Degeneración macular
- Miopía elevada
- Cirugías oculares previas o láser ocular
- Otras enfermedades oculares como desgarros de retina, retinopatía diabética, degeneración miópica, inflamación ocular interna, etc..
¿Por qué es importante detectar a tiempo la membrana epirretiniana?
Debido a que la membrana tiende a contraerse y conlleva una inflamación y daño de las células maculares con el paso del tiempo, tememos que si se deja sin tratar durante mucho tiempo, la visión no se recupere bien incluso después del tratamiento.
¿Es necesario tratarlas todas?
Siempre digo a mis pacientes que lo más importante es averiguar primero cuál es la causa de la membrana. La formación de la membrana anormal podría surgir, en ocasiones, como consecuencia de un desprendimiento de retina o de un traumatismo ocular. Siempre realizo una revisión detallada de toda la retina en busca de cualquier signo de enfermedad retiniana o vítrea tratable e intento tratar ese problema en primer lugar.
Con detallado me refiero a que debe incluir imágenes retinianas de campo ultra amplio, imágenes retinianas OCT microscópicas y una visualización directa y meticulosa por parte de un especialista en retina.
A continuación, evalúo la gravedad de la membrana observando, en primer lugar, los síntomas del paciente y los cambios en la visión. En segundo lugar, las características de la retina, incluida la arquitectura de la retina y el grosor macular.
Las membranas epirretinianas que causan pocos o ningún síntoma en la visión pueden dejarse en manos de una estrecha vigilancia con la posible decisión de intervenir cuando empiece a empeorar.
Sólo las membranas epirretinianas que son lo suficientemente graves como para causar una caída de la visión o metamorfosis (visión ondulada) se beneficiarán del tratamiento quirúrgico de la membrana epirretiniana.
¿Cómo se tratan?
Las membranas epirretinianas se tratan quirúrgicamente porque es necesario eliminar físicamente el material pegajoso en la retina dentro del ojo. Esto se lleva a cabo mediante un procedimiento denominado «vitrectomía y exfoliación de la membrana» que sólo puede realizar un especialista en retina.
Se trata de una cirugía diurna relativamente sencilla en la que los pacientes no necesitan pasar la noche en el hospital. El procedimiento se realiza en una hora con el paciente bajo sedación total, lo que significa que es muy cómodo para el paciente.
Por lo general, si hay una catarata presente en el ojo afectado, la catarata puede ser eliminada durante el mismo procedimiento, lo que ahorra al paciente la necesidad de una segunda cirugía.
De la misma manera, los pacientes que se someten a una cirugía de cataratas deberían tener su(s) ojo(s) evaluado(s) para detectar la presencia de una membrana epirretiniana para que ésta pueda ser eliminada en el mismo escenario.
Desgraciadamente, he visto con demasiada frecuencia a pacientes a los que se les han eliminado las cataratas en otro lugar pero que nunca han recuperado una buena visión debido a la presencia de una membrana epirretiniana que no fue detectada antes. La membrana tendría entonces que ser extirpada en una segunda cirugía. Sin embargo, siempre prefiero ahorrar a mis pacientes la molestia y el coste de dos cirugías separadas, de ahí que me guste planificar que se realicen de forma concomitante siempre que sea posible.
¿Cuál es la tasa de éxito de la cirugía de la membrana epirretiniana?
En manos experimentadas, la tasa de éxito de la cirugía de la membrana es muy alta – alrededor del 85-95%. Siempre existe un pequeño riesgo de recurrencia, lo que significa que la membrana epirretiniana puede volver a crecer después de varios años. La tasa de recidiva se cifra en un 5-10%.
Ya una semana después de la cirugía, la arquitectura de la retina puede empezar a recuperarse hasta casi la normalidad. La recuperación visual sigue de cerca y las mejoras pueden observarse en el plazo de un mes, con la posibilidad de mejorar aún más hasta 6-12 meses después de la cirugía. De hecho, la recuperación visual puede ser bastante notable después de la cirugía.
Sin embargo, cuanto más tiempo haya quedado la retina dañada por la membrana epirretiniana, más tiempo tardará en recuperarse visualmente y también será menos probable que se recupere completamente. Por eso siempre animo a los pacientes afectados por sus membranas epirretinianas a que no esperen demasiado tiempo para su tratamiento.
Sé que nunca es fácil comprometerse con ninguna cirugía. Lo que sí les digo a mis pacientes es que, dado que la tasa de éxito de esta cirugía es alta, podría ser que esta cirugía para salvar la vista le devolviera la vista. Cuando lo piensa de esta manera, puede ser capaz de ver que los beneficios superan los riesgos.
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