Si ve una mujer con un cuchillo en un cuadro, piense en Lucrecia. Lucrecia fue una antigua mujer romana cuyo destino jugó un papel vital en la transición del Reino Romano a la República Romana. Su suicidio tras haber sido violada por el hijo de un rey etrusco fue la causa inmediata de la rebelión antimonárquica que derrocó a la monarquía.
La historia es así: Lucio Tarquinio Superbo, último rey de Roma, estando ocupado en el asedio de Ardea, envió a su hijo, Sexto Tarquinio, en una misión militar a Collacia. Sextus fue recibido con gran hospitalidad en la mansión del gobernador, hogar de Lucius Tarquinius Collatinus. Lucrecia era la esposa de Collatinus, que lo recibió como un invitado de honor.
Pero, por la noche, Sexto entró en su dormitorio con sigilo, rodeando a los esclavos que dormían en su puerta. Ella se despertó. Se presentó y le ofreció dos opciones: que se sometiera a sus insinuaciones sexuales y se convirtiera en su esposa y futura reina, o que la matara a ella y a una de sus esclavas y colocara los cuerpos juntos, alegando luego que la había sorprendido manteniendo relaciones sexuales adúlteras.
Al día siguiente, Lucrecia se vistió de negro y se dirigió a la casa de su padre en Roma y se puso en posición de súplica, llorando. Cuando se le pidió que se explicara, insistió en citar primero a los testigos y luego confesó lo sucedido. Le pidió venganza, una súplica que no podía ser ignorada. Mientras los magistrados de Roma debatían cómo reaccionar, ella sacó una daga oculta y se apuñaló en el corazón, decidida a acabar con su vida para reclamar su honor.
Murió en brazos de su padre, con las mujeres presentes llorando y lamentándose. Esta espantosa escena impresionó a los romanos presentes con tanto horror y compasión que todos gritaron a una sola voz que preferirían morir mil veces en defensa de su libertad antes que sufrir tales ultrajes por parte de los tiranos.
Abordados por el dolor y la ira, el padre de Lucrecia, su marido y dos amigos que la acompañaban juraron vengar su muerte. La violación y muerte de Lucrecia desencadenó una revuelta que condujo al derrocamiento de la tiranía monárquica y a la creación de la República Romana.
Desde el Renacimiento, el suicidio de Lucrecia ha sido un tema perdurable para los artistas plásticos. Lo más habitual es que se muestre el momento de la violación o a Lucrecia sola en el momento de su suicidio. En cualquiera de las dos situaciones, sus ropas están sueltas o totalmente ausentes, mientras que Tarquino está normalmente vestido.
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