Antecedentes
La vitamina B12 es el descriptor genérico de aquellos compuestos corrinoides que presentan cualitativamente la actividad biológica de la cianocobalamina. Las principales cobalaminas con acción fisiológica son la hidroxicobalamina, la metilcobalamina y la desoxiadenosilcobalamina. La vitamina B12 es necesaria para la síntesis de ácidos grasos en la mielina y, junto con el folato, para la síntesis del ADN. Una ingesta adecuada de vitamina B12 es esencial para el funcionamiento normal de la sangre y la función neurológica. Puede almacenarse en el hígado durante muchos años.
La vitamina B12 puede convertirse en cualquiera de las dos coenzimas de cobalamina que son activas en los seres humanos; la metilcobalamina y la 5-deoxiadenosilcobalamina. La vitamina B12 es un cofactor de las enzimas metionina sintasa y L-metilmalonil-CoA mutasa y participa en la conversión de homocisteína en metionina y de L-metilmalonil-coenzima A (CoA) en succinil-CoA. En la deficiencia de vitamina B12, el folato puede acumularse en el suero como resultado de la ralentización de la metiltransferasa dependiente de la vitamina B12.
Aunque existen algunas fuentes vegetales de vitamina B12, como ciertas algas y plantas expuestas a la acción bacteriana o contaminadas por el suelo o los insectos, los seres humanos obtienen casi toda su vitamina B12 de los alimentos de origen animal. Alrededor del 25% de la vitamina B12 procede de las carnes rojas (Baghurst et al 2000). En el caso de los adultos y los niños, alrededor del 30% y el 50%, respectivamente, procede de la leche y los productos lácteos (Cobiac et al 1999).
Se sabe ahora que la absorción de la vitamina B12 es más compleja de lo que se pensaba. En los alimentos, la metil-, desoxiadenosil- o la hidroxocobalamina están unidas a las enzimas de la carne y otros alimentos de origen animal. La cobalamina se libera por la acción del ácido y la pepsina que digieren la proteína de unión en el estómago (normal). La cobalamina liberada forma un complejo estable con el aglutinante R, una glicoproteína secretada en la saliva o por el estómago. Por su parte, el factor intrínseco (FI), una glicoproteína de 50 kDa que se une a la cobalamina, es secretado después de una comida por las células parietales del estómago. Sin embargo, la unión de la cobalamina al FI no tiene lugar en el estómago, como se creía, porque su afinidad es muy baja a pH ácido.
Los aglutinantes R son parcialmente degradados en el duodeno por las proteasas pancreáticas. La cobalamina se une entonces a la IF con gran afinidad en un entorno más alcalino. A diferencia de los ligantes R, la FI no es digerida por las enzimas pancreáticas. La vitamina B12 del conducto biliar también puede combinarse con el FI, formando un ciclo enterohepático. El complejo vitamina B12-IF pasa entonces sin cambios por el intestino delgado y se absorbe en el íleon terminal por endocitosis tras unirse a un receptor de membrana IF específico de 460 kDa. El receptor sólo se une a la vitamina B12 que está unida al FI y no se une a los análogos de la vitamina B12.
La absorción de la vitamina B12 aumenta con el incremento de la ingesta (Adams et al 1971, Chanarin 1979). Se absorbe en tasas variables a partir de diferentes alimentos que van desde el 11% del hígado, el 24-40% de los huevos y la trucha, hasta más del 60% de la carne de cordero y el pollo (Doscherholmen et al 1975, 1978, 1981, Heyssel et al 1966). La baja tasa de absorción a partir del hígado está probablemente relacionada con el alto contenido de B12 del hígado. No se han realizado estudios sobre la carne roja, el cerdo o los productos lácteos, ni sobre el pescado que no sea la trucha, por lo que, al elaborar los requisitos de ingesta, se ha asumido un ajuste conservador de la biodisponibilidad del 50% para adultos sanos con una función gástrica normal. Si las personas consumieran grandes cantidades de alimentos naturalmente ricos en vitamina B12, la tasa de absorción sería menor.
La vitamina B12 añadida a los alimentos (por ejemplo, bebidas, análogos de la carne o leches de soja) en forma cristalina tiene una tasa de absorción similar si se añade en cantidades bajas (<5 µg por dosis), pero una absorción muy baja (1% o menos) si se añade a 500 µg por dosis o más (Berlin et al 1968, Heyssel et al 1996). La excreción de vitamina B12 se produce generalmente a través de las heces y es proporcional a las reservas corporales (Adams 1970, Heinrich 1964, Mollin & Ross 1952). Otras pérdidas se producen a través de la piel y de reacciones metabólicas.
Las necesidades de vitamina B12 pueden verse afectadas por la edad, aunque no todos los estudios lo confirman. (van Asselt et al 1996). El efecto de la edad puede actuar a través de la influencia de los niveles crecientes de gastritis atrófica (Krasinski et al1986) o de la reducción de la acidez gástrica (Scarlett et al 1992). Se han notificado tasas de gastritis atrófica en los ancianos que oscilan entre el 10 y el 30% en Australia (Andrews et al 1967), Estados Unidos (Hurwitz et al 1997, Krasinski et al 1986) y Escandinavia (Johnsen et al 1991).
La infrautilización de la vitamina B12 puede producirse en aquellas personas con defectos genéticos, incluyendo deleciones o defectos en la MMA-CoA mutasa, la transcobalamina II o las enzimas de la vía de adenosilación de la cobalamina.
La deficiencia de vitamina B12 puede producir síntomas hematológicos, neurológicos o intestinales. Los efectos hematológicos son indistinguibles de la deficiencia de folato. Incluyen una serie de efectos generalmente asociados a la anemia, como palidez de la piel, disminución de la energía y de la tolerancia al ejercicio, fatiga, dificultad para respirar y palpitaciones. El problema subyacente es la interferencia con la síntesis de ADN, que conduce a la producción de eritrocitos anormalmente grandes.
Las complicaciones neurológicas están presentes en alrededor del 75-90% de las personas con deficiencia franca. Estas complicaciones parecen estar inversamente relacionadas con la aparición de los síntomas hematológicos (Healton et al 1991, Savage et al 1994). Incluyen alteraciones sensoriales en las extremidades, alteraciones motoras y cambios cognitivos que van desde la pérdida de memoria hasta la demencia, con o sin cambios de humor. También puede haber alteraciones visuales, impotencia y deterioro del control de los intestinos y la vejiga. Un estudio de Louwman et al (2000) indicó que la deficiencia de cobalamina en ausencia de signos hematológicos también puede afectar a la función cognitiva en la adolescencia.
Los indicadores de los que se dispone para estimar las necesidades de vitamina B12 incluyen la respuesta hematológica, así como medidas de vitamina B12 en suero o plasma, MMA, homocisteína, ácido formiminoglutámico, propionato y metilcitrato y holo-transcobalamina II.
Las respuestas hematológicas que se han evaluado incluyen aumentos de la hemoglobina, el hematocrito y el recuento de eritrocitos o disminuciones del VCM o un aumento óptimo del número de reticulocitos. De éstos, el VCM tiene un uso limitado debido a los 120 días necesarios para ver el cambio, y mientras que los eritrocitos, la hemoglobina y el hematocrito son robustos, son lentos para cambiar. Sin embargo, el recuento de reticulocitos es útil ya que los aumentos en respuesta a la dieta son evidentes dentro de las 48 horas y alcanzan un pico en 5-8 días.
La vitamina B12 en suero o plasma refleja tanto la ingesta como las reservas, pero los niveles aceptables pueden mantenerse durante algún tiempo después de que se produzca la deficiencia debido a la liberación compensatoria de vitamina B12 de los tejidos. Sin embargo, los niveles bajos representarían una deficiencia a largo plazo o una ingesta baja crónica. La MMA presenta un rango de cuatro veces en la población normal, pero aumenta cuando el suministro de vitamina B12 es bajo o cuando la absorción se ve afectada (Joosten et al 1996). Los niveles elevados de MMA pueden reducirse mediante la administración de vitamina B12 (Joosten et al 1993, Naurath et al 1995, Norman & Morrison 1993, Pennypacker et al 1992).
Como la presencia de MMA elevada representa un cambio específico de la vitamina B12, la MMA es el indicador preferido del estado de la vitamina B12. Sin embargo, no se dispone de datos suficientes para utilizar los niveles de MMA para establecer recomendaciones dietéticas. La concentración de homocisteína sí cambia en respuesta al estado de la vitamina B12, pero no es específica de la vitamina B12, respondiendo también al estado del folato o de la vitamina B6 o a ambos, y el ácido formiminoglutámico también cambia con el estado del folato. El proprionato y el metilcitrato responden ambos a los cambios en el estado de la vitamina B12 (Allen et al 1993), pero no ofrecen ninguna ventaja sobre el MMA. Las medidas de holotranscobalamina II no son lo suficientemente sólidas como para permitir la evaluación de las necesidades.
Recomendaciones según la etapa de la vida y el sexo
Los lactantes
Edad | AI |
---|---|
0.4 µg/día | |
7-12 meses | 0,5 µg/día |
Razón: La IA para 0-6 meses se basa en la ingesta de vitamina B12 de los lactantes alimentados con leche materna. La IA se calculó multiplicando la ingesta media de leche materna (0,78 L/día) por la concentración media de vitamina B12 en la leche materna, y redondeando (FNB:IOM 1998). Los valores notificados de la concentración en la leche materna varían mucho, en parte por las diferencias en los métodos analíticos y en parte por la variación en el estado de la vitamina B12 de la madre y la ingesta actual. Los valores medios son sustancialmente más bajos que los valores medios. En un estudio de 9 madres brasileñas bien alimentadas cuyos bebés fueron amamantados exclusivamente, la concentración media en la leche materna fue de 0,42 µg/L a los 2 meses y de 0,34 µg/L a los 3 meses. (Trugo & Sardinha 1994). Se eligió el valor de 2 meses para garantizar una ingesta adecuada y se multiplicó por el volumen diario de leche (0,42 µg/L x 0,78 L/día = 0,33 µg/día) y se redondeó para obtener la IA de 0,4 µg. Como hay pocos datos sobre el contenido de vitamina B12 en las dietas de destete, la IA para los 7-12 meses se estimó extrapolando la IA de los 0-6 meses. Esto se cotejó extrapolando a partir de la EAR de adultos y ajustando la varianza esperada para estimar una ingesta recomendada. La primera estimación dio un valor de 0,5 µg/día tras el redondeo y la segunda, de 0,6 µg/día. La IA se fijó en 0,5 µg/día.
Nota: Para garantizar un estado adecuado de vitamina B12 en sus bebés, y prevenir resultados graves, como el deterioro cognitivo o incluso el coma en el bebé, las madres veganas deben complementar su dieta con vitamina B12 al nivel de la IDR durante todo el embarazo y la lactancia, basándose en la evidencia de que las reservas en los bebés de madres veganas al nacer son bajas y la leche puede suministrar sólo cantidades muy pequeñas (Specker et al 1990). Los preparados de soja utilizados durante el destete deben estar enriquecidos con vitamina B12 hasta un nivel equivalente. Si la madre no recibe suplementos durante el embarazo y la lactancia y el niño es amamantado, el bebé necesitará suplementos desde el nacimiento.
Niños &adolescentes
Edad | EAR | RDI |
---|---|---|
Todos | ||
1-3 años | 0.7 µg/día | 0,9 µg/día |
4-8 años | 1,0 µg/día | 1.2 µg/día |
Chicos | ||
9-13 años | 1,5 µg/día | 1.8 µg/día |
14-18 años | 2,0 µg/día | 2,4 µg/día |
Chicas | ||
9-13 años | 1.5 µg/día | 1,8 µg/día |
14-18 años | 2,0 µg/día | 2.4 µg/día |
Razón: Hay pocos datos sobre niños o adolescentes en los que basar la EAR, por lo que la EAR se fijó por extrapolación de los datos de los adultos ajustando el peso corporal y con referencia a las necesidades de crecimiento, y redondeando al alza (FNB:IOM 1998). A falta de información sobre la desviación estándar de las necesidades, la IDR se fijó asumiendo un CV del 10% para la EAR. Nótese que los niños veganos necesitarán suplementos.
Adultos
Edad | EAR | IDR |
---|---|---|
Hombres | ||
19-30 años | 2,0 µg/día | 2.4 µg/día |
31-50 años | 2,0 µg/día | 2,4 µg/día |
51-70 años | 2.0 µg/día | 2,4 µg/día |
>70 años | 2,0 µg/día | 2.4 µg/día |
Mujeres | ||
19-30 años | 2,0 µg/día | 2.4 µg/día |
31-50 años | 2,0 µg/día | 2,4 µg/día |
51-70 años | 2.0 µg/día | 2,4 µg/día |
>70 años | 2,0 µg/día | 2.4 µg/día |
Razón: La EAR para adultos se fijó sobre la base de las pruebas hematológicas y los niveles séricos de vitamina B12 (FNB:IOM 1998). No se disponía de datos suficientes para discernir las diferencias en las necesidades de hombres y mujeres. A falta de información sobre la desviación estándar de las necesidades, la IDR se fijó asumiendo un CV del 10% para la EAR. Tenga en cuenta que los veganos estrictos necesitarán suplementos de vitamina B12.
Nota: La vitamina B12 natural de los alimentos puede ser menos biodisponible para el importante número de adultos mayores que padecen gastritis atrófica con baja secreción de ácido estomacal. Las personas con esta afección pueden necesitar una mayor ingesta de alimentos ricos en vitamina B12, alimentos fortificados con vitamina B12 o suplementos.
Embarazo
Edad | EAR | RDI |
---|---|---|
14-18 años | 2,2 µg/día | 2.6 µg/día |
19-30 años | 2,2 µg/día | 2,6 µg/día |
31-50 años | 2,2 µg/día | 2.6 µg/día |
Razón: La EAR se fijó sobre la base de la EAR materna más un margen para las necesidades fetales y placentarias. La acumulación fetal tiene un promedio de 0,1-0,2 µg/día (Baker et al 1962, Loria et al 1977, Vaz Pinto et al 1975) pero la acumulación placentaria es de sólo 14 ng/L (Muir & Landon 1985). Por lo tanto, se añadieron 0,2 µg/día adicionales a las necesidades maternas y se obtuvo la IDR asumiendo un CV del 10% para la EAR. Las madres veganas necesitarán un suplemento a lo largo del embarazo y durante la lactancia en cantidades suficientes para garantizar un suministro adecuado para ellas y su hijo.
Lactancia
Edad | EAR | IDR |
---|---|---|
14-18 años | 2,4 µg/día | 2.8 µg/día |
19-30 años | 2,4 µg/día | 2,8 µg/día |
31-50 años | 2,4 µg/día | 2.8 µg/día |
Razón: La EAR para la lactancia se estableció añadiendo la cantidad media secretada en la leche (0,33 µg/día) a la EAR materna, y redondeando hacia arriba. La IDR se estableció asumiendo un CV del 10% para la EAR. Las madres veganas necesitarán suplementos durante la lactancia en cantidades suficientes para garantizar un suministro adecuado para ellas y para su hijo.
Nivel máximo de ingesta
No hay datos suficientes que permitan establecer un nivel máximo de ingesta.
No hay pruebas de que los niveles actuales de ingesta de alimentos y suplementos representen un riesgo para la salud. No se han asociado efectos adversos a la ingesta excesiva de vitamina B12 procedente de alimentos o suplementos en individuos sanos. Existen escasas pruebas de estudios en animales de que la vitamina B12 puede potenciar los efectos de las sustancias químicas cancerígenas (Day et al 1950, Georgadze 1960, Kalnev et al 1977, Ostryanina 1971), pero otros estudios lo contradicen (Rogers 1975). La aparente falta de toxicidad podría estar relacionada con la capacidad del organismo para disminuir la absorción en respuesta a ingestas elevadas. Como no hay datos de respuesta a la dosis, no se puede establecer un UL.
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